Cabezo de Alcalá (Azaila)

Tipo de asentamiento: Poblado ibérico abierto en llano y cerro exento.

Historia de las investigaciones: Primeras excavaciones entre 1868 y 1872 por P. Gil y Gil. Resultados publicados en 1890 por Gascón de Gotor. Entre 1919 y 1942 J. Cabré se responsabilizó de las excavaciones. Se excavó la acrópolis y la necrópolis hallstática. En 1976 M. Beltrán publicó su tesis doctoral sobre este yacimiento y realizó nuevas catas.

Generalidades: Desde 1984, y gracias a las investigaciones de M. Beltrán, se reconocen varias fases de ocupación: La primera, preibérica, desde el 550 a.C.; y la segunda, ibérica tardía hasta su destrucción entre el 75 y el 72 a.C. en el contexto de las guerras sertorianas. Queda descartada, por tanto, la teórica destrucción del asentamiento en el año 49 a.C., tras la batalla de Ilerda.

Urbanismo: 20 has. Típico de la Sedetania. Claro binomio entre acrópolis y ciudad baja. La ciudad baja tiene unos límites poco claros y es el lugar ocupado por el pueblo llano; en su zona de servicios se situan las termas; carece de zona de defensas. La acrópolis amurallada es el lugar de refugio de la población; en ella se localizan los edificios más representativos (el templo, las casas de la nobleza, etc.). Red viaria pavimentada. Sistema de evacuación de aguas por superficie.

Arquitectura pública: El sistema poliorcético, con doble línea de murallas, sigue la tradición ibérica. No hay restos de torres, bastiones ni puertas. A pesar de su endeblez, la muralla pudo cumplir funciones como muro de contención o aterrazamiento. Pequeño templo in antis de orden toscano. La pronaos está pavimentada con un opus signinum de escamas; las columnas y el dintel serían de material lígneo; los muros de mampostería recrecidos con tapial o adobe y revestidos en el interior de la cella con estucos pintados imitando el primer estilo pompeyano. Termas situadas al pie de la acrópolis. Presentan el esquema habitual de apoditerium-frigidarium/tepidarium-caldarium-laconcum más palestra exterior, con recorrido único e hipocaustum en las habitaciones calientes. Algunos investigadores han discutido su carácter público a causa de su reducido tamaño, pero otros lo consideran innegable.

Arquitectura privada: Se emplean zócalos de mampostería con última hilada en adobe o tapial, sillares de arenisca en los lugares más nobles, suelos de tierra apisonada y techumbres sobre vigas de madera con materiales perecederos, siguiendo la tradición indígena aunque adoptando, en ocasiones, algunos elementos de la arquitectura itálica. Las casas más grandes suelen abrir sus estancias en torno a un patio central pero las más pequeñas mantienen la planta rectancular y carecen de patio.

Restos muebles: En el templo se encontró un grupo escultórico en bronce consistente en una figura masculina, una cabeza femenina y un caballo a tres patas. Cerámica a mano ibérica lisa y decorada; campaniense A, B, y C; cerámica gris y cerámica común tanto ibérica como romana. Los motivos decorativos son geométricos, fitomórficos y representaciones de figuras humanas y de animales. También han sido hallados algunos fragmentos de cerámica griega de figuras rojas (s. IV a.C.)

Fuentes numismáticas: Se han encontrado dos tesorillos con piezas procedentes de Kelse, Iltirda, Seteisken, Lakine, Bolskan, Iltukoite y Ebusus, entre otras, con un total de 797 monedas. Algunos investigadores situaron aquí la ceca de Belikiom, que acuñó plata y bronce con signario ibérico en el último tercio del siglo II y primero del I a. C., pero su localización es insegura Las investigaciones más recientes mantienen que Azaila no realizó emisiones monetales. Crawford, 1, 91, n. 220.

Fuentes epigráficas: Numerosos grafitos ibéricos sobre cerámica y dos estampillas.

Bibliografía selecta: Beltrán Lloris, M., Arqueología e Historia de las ciudades antiguas del Cabezo de Alcalá de Azaila (Teruel), Zaragoza, 1976; Villaronga, L., Los tesoros de Azaila y la circulación monetaria del valle del Ebro, Barcelona, 1977; Lostal, J., Arqueología del Aragón romano, Zaragoza, 1980, pp. 155-157; Beltrán Lloris, M., "Nuevas aportaciones a la cronología de Azaila", BMZ, 3, 1984, pp. 125-152; Asensio, J.A., La ciudad en el mundo prerromano en Aragón, Zaragoza, 1995, pp. 146-167.